Sistema constructivo

El primer paso para construir cualquier piscina es trasladar el diseño deseado al terreno. El replanteo sobre el terreno será meticuloso para que el resultado final sea el deseado desde el principio. La excavación se realizará bajo nuestra supervisión y se atenderán a las indicaciones de desniveles, cotas de profundidad y perfilados.

 

El terreno, como parte del elemento estructural que soportará el peso de nuestra piscina, también adquiere una gran importancia, siendo la preparación del mismo una tarea imprescindible. El compactado del terreno y la mejora de la base con hormigón pobre hacen que el trabajo realizado se levante sobre un soporte de confianza.

 

Para la construcción del vaso de hormigón proyectado vía húmeda se realiza un encofrado perdido de fábrica de bloque o de ladrillo. Dicho encofrado solo es necesario para el proyectado del hormigón, por lo que carece de resistencia y de importancia una vez que esté el vaso ejecutado.

 

A continuación, se colocará el armado correspondiente, guardando las separaciones entre las caras terminadas de hormigón y las armaduras con el fin de que estas queden en la posición correcta de trabajo. También se colocará todas las preinstalaciones de fontanería que sean necesarias para los equipos de depuración, climatización, iluminación, spas…, para que estos queden perfectamente sellados con el hormigón y no puedan comprometer la estanqueidad.

 

El vaso quedará terminado con hormigón proyectado vía húmeda, totalmente monolítico, con los encuentros entre paramentos verticales y solera terminados en media caña con el mismo material, para mayor funcionalidad, estética y resistencia de la estructura de la piscina.